Estar en silencio está mal visto, no está de moda, pero para reflexionar y acoger necesito tiempo.
Nos solemos llevar mal con el tiempo, pensamos que va en contra nuestra… por eso procuramos llenarlo, atiborrarlo de palabras.
Trabajo con la alta dirección y en los departamentos de RRHH de grandes empresas, que dicho sea de paso, tratan muy mal lingüísticamente a su tiempo…Lo maldicen, lo insultan, nunca están satisfechos “llego agotada, voy de cabeza, no me da la vida, se me ha echado el tiempo encima, me ha cogido el toro, voy a sacar 10’ de mi tiempo, llego tarde, se me va la vida en reuniones, déjame que te robe un minuto…”, y eso hace que: no estén presentes, siempre con la cabeza puesta en otro sitio, normalmente en lugares, con personas que todavía no han llegado.